Este fin semana se realizó la
quinta fecha del Campeonato de TC en el Autódromo de Concepción del Uruguay, un
trazado en el que la categoría, por antecedentes, no suele brindar grandes
espectáculos, pero que en esta oportunidad se vivió el mejor desarrollo en una
competencia final de lo que va del certamen 2023.
En primera instancia el mejor
tiempo en clasificación logrado por Jonatan Castellano, octava de su historial
personal y con una diferencia respecto al segundo, Julián Santero de más de
cinco décimas, lo que presagiaba que el Dodge del piloto de Lobería sería el
auto a batir de la jornada dominical.
Las series matutinas del domingo
modificaron las predicciones, con el puntero del torneo, Mariano Werner como
ganador de la primera batería, y Castellano segundo, ambos estableciendo una
importante ventaja sobre el resto, no sólo respecto a los integrantes del mismo
parcial, sino del resto de los disputados en la mañana, con las victorias de
Santero y Santiago Álvarez.
Si se mantenían las performances
de sus vehículos, el entrerriano y el loberense, contaban con las mejores
chances de imponerse en las competencias….. esto en los papeles, porque cuando el auto de
seguridad habilitó al pista y el semáforo cambió de rojo a verde, el mendocino
estaba decidido a buscar el liderazgo, lo que le impidió al piloto de Paraná, transitar
de forma agresiva por uno de los sobrepianos, deteriorando el Ford #1 la trompa
y la parte inferior. A partir de ese momento y luego del ingreso del auto de
seguridad, con Werner marginado, la lucha por la primera posición se entabló
entre Santero y Castellano. Pero muy pocos tuvieron en cuenta a Germán Todino,
que al comando de la Dodge que pone en pista la gente del Maquin Parts Racing, le
permitió al jovencito de Rivera llevarse la victoria, tercera de su historial
personal.
Este resumen de lo ocurrido en
pista nos permite mantener una cuota de
esperanza respecto a lo que pueda suceder en lo que queda de la etapa regular
del campeonato, ahora liderado por Julián Santero. Una etapa regular que
muestra un dominio de las huestes de Ford, con cinco usuarios de la marca del
óvalo dentro de las diez primeras posiciones. Más allá de esto, las maniobras
de superación en pista siguen siendo el déficit de la categoría; esta
circunstancia se debe a múltiples factores, y depende de la prioridad que le
otorgue cada equipo con su piloto a la hora de definir un puesto en pista. Por
otro lado los cambios posicionales se dan en los relanzamientos luego del
ingreso del auto de seguridad. Párrafo aparte lo que sucede de mitad de pelotón
para atrás, con situaciones bastante comprometidas cuando algún vehículo
transita por la banquina o realiza un trompo y no todos cumplen con la
indicación de bandera amarilla en el sector; razonable es pensar que el equipamiento
con el que cuentan tenga una demora en recibir la señal desde el control, pero
son los pilotos los que están en pista y debieran todos levantar el pie del
acelerador, lo que no ocurre y le permite a los pícaros usufructuar la
situación y ganar alguna posición.
Por otro lado, el espejismo de
Chevrolet en Toay, totalmente fuera de contexto, habida cuenta de la escasa
competitividad de la marca y la pérdida de referentes en los últimos tiempos;
los pilotos, los equipos e incluso los fanáticos parecen resignados, respecto a
los sucedido hasta ahora, pero también a lo que pueda suceder en el resto del
año.
Gabriel Leandro Solernou
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